miércoles, 8 de julio de 2009

El póker, ¿Deporte o juego de azar? ¿Talento o suerte?

El aspecto más controversial del póker tiene que ver con el azar y las apuestas.

El deporte es toda aquella actividad que se caracteriza por tener un requerimiento físico o motriz, estar institucionalizado, requerir competición con uno mismo o con los demás y tener un conjunto de reglas perfectamente definidas. El juego es una actividad que se utiliza para la diversión y el disfrute de los participantes y normalmente requieren de uso mental o físico. Una apuesta es una forma de juego basado en el azar, del que se espera obtener algún tipo de beneficio.

Las descripciones de la enciclopedia Wikipedia sirven para clarificar un poco el significado de cada uno de estos términos y nos ayudan a encontrarle un lugar al póker dentro de estas categorías, pero vamos por partes. Por empezar, el póker tiene un conjunto de reglas perfectamente definidas para cada una de las diferentes modalidades. Tiene además un componente físico, ninguna persona puede resistir sesiones de más de 12 horas sin estar mínimamente preparado físicamente. La resistencia física es una parte fundamental del póker y se necesita estar en la mejor forma posible para no perder la concentración y tener buenas chances de ganar.

Otra de las grandes causas que inclinan al póker hacia la categoría de deporte es el matiz competitivo, nadie juega póker para divertirse, nadie se sienta a la mesa deseando que su oponente lo entretenga y le brinde una despedida digna. La competencia lo es todo en el póker y se juega para ganar. 

Hay que hacer una diferencia a la hora de considerarlo como un juego de apuestas o un deporte de habilidad. La apuesta tiene como base el azar para obtener un beneficio. Sin embargo, más allá de que exista la suerte, el póker tiene como aspecto fundamental la habilidad y no el azar para lograr rédito. La suerte no tiene margen frente al talento o mejor dicho: no importa que cartas te toquen, sino como las juegues.

Por eso, el futuro del póker como deporte depende de la regulación. Cuando los países se den cuenta de los créditos que pueden obtener fiscalizando las ganancias y enmarcando el póker dentro de la ley, el póker finalmente podrá salir de la oscuridad de los casinos y consolidarse definitivamente como un deporte a la luz del ojo público.

 

 

 

 

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